Mi nombre verdadero no importa, porque lo dejé atrás, junto a mi pasado, ese que me rompió hasta obligarme a reconstruir mi corazón a cachitos. Me convertí en Devil, el dueño del infierno, un club dual llamado Hell’s, con una zona swinger y otra especializada en fiestas privadas subiditas de tono. Gano más pasta de la que puedo gastar, soy despiadado, exigente y muy activo con las mujeres. Aunque la mayoría parece obsesionada en buscar algo más que sexo, como si fueran capaces de llegar a mi corazón. Y eso no va a suceder nunca.
Qué alegría da terminar trilogías, saga o series porque llegas a ese final que tanto esperabas, pero a su vez cuesta despedirse de ellos porque llevas tiempo con ellos. Hoy vengo con Coconut macarons de Pat Casalà, la cuarta y última entrega de la serie Little Falls.
De este libro no puedo contar mucho de la trama porque sería haceros spoiler, así que lo que voy a comentar de la trama es en líneas generales.
Kim es una chica que está en su peor momento personal, no puede o no quiere olvidar a su ex y a la pareja de este no lo soporta, es más la odia. El mayor problema es que los ve muy a menudo porque siguen formando parte del mismo grupo de amigos. Pero ese no es su único problema, se ha distanciado de su familia y de sus amigos, ahora, después de tanto tiempo, no sabe cómo conectar con ellos. Pero lo peor de todo es que se siente culpable por no haber estado al lado de sus amigos en sus peores momentos, pero es que ella estuvo en el mismo infierno y ninguno de ellos lo supo.
Devil es un hombre que antes no era así, algo o alguien le hizo cambiar, lo destrozaron y decidió resurgir en otra persona completamente diferente. La música era su mundo y la alejó de su vida porque le recuerda a ella y todo lo que le hicieron. Ahora como Devil es un hombre sin escrúpulos, con un negocio de placer y que solo tiene sexo, nada de sentimientos o relaciones, se lo deja siempre claro a su acompañante, cuando esto ocurre corta todo lazo con esa persona.
A Kim la conocemos desde el primer libro, y sale en las tres entregas anteriores, pero era un personaje que no me caía nada bien porque era una persona que culpaba a otros de las cosas que solo ella tiene la culpa. Vivía enfadada con el mundo y no dejaba acercarse a sus amigos. Así que en este libro tenía miedo de que me iba a encontrar. Pero ha sido un personaje que me ha convencido, ha tenido una evolución coherente y despacio hemos ido viendo esos cambios que eran necesarios en ella, uno no puede vivir eternamente enfadado con el mundo. Pero es un personaje terco que le costará ver las cosas y hasta que otra persona no le echa en cara todos sus errores, las cosas que hizo mal y las que está haciendo no será para ella un choque con la realidad.
Por parte de Devil, desde el final del anterior libro llamó mi atención. Un personaje oscuro, misterioso y que desprende adrenalina y pasión por cada uno de sus poros. Pero él también va a tener un pasado complicado, no es fácil pasar lo que él pasó y será un personaje que no sepa, ni quiera expresar sus sentimientos. Solo sus tres amigos son lo que le pueden entender y, a veces, hasta a ellos mismos se les escapa lo que siente o piensa. Un personaje que ha tenido muy buena evolución, él también es cabezón, pero incluso más que Kim y sobre todo en la parte romántica se resistirá hasta que todo acabe.
Volveremos a ver a los personajes de anteriores historias y eso se agradece mucho ver cómo les sigue yendo la vida y sobre todo como siguen como una piña después de todo lo que han pasado. Pero también se juntarán tres por parte de Devil que ayudarán a nuestros personajes a darse cuenta de las cosas y que no lo están haciendo bien. Deben darse cuenta a tiempo de las cosas o acabar solos y perdidos.
El romance es lento, todo empieza con atracción y sexo (no desde el principio) una droga importante, pero no es lo que nos mueve a los seres humanos porque tenemos sentimientos y principios. Ellos dos dejaron los sentimientos a un lado hace mucho, pero ninguno de los dos deja sus principios al lado y eso les hará chocar en muchas ocasiones e incluso hacerse daño.
Pero según se van viendo, ven cómo encajan de una manera perfecta, aunque tienen sus diferencias lo que pasa que ninguno quiere dar el brazo a torcer, pero la piel les llama, se mueren por estar cerca el uno del otro y de tocarse. Es lento, con muchos que curar y mucho que descubrir, me ha gustado como se ha desarrollado y cómo ha evolucionado.
Es un libro que tiene mucha narrativa y no mucho diálogo, es esta ocasión no es nada malo, todo lo contrario, es una historia muy interior de nuestros personajes porque sus demonios son interiores, tan interiores que ni sus más allegados conocen toda la verdad, así que no es sencillo hablar con nadie y después de tanto tiempo es mejor, ciertas cosas, que sigan en las sombras, no hay necesidad de generar más dolor a los tuyos.
Es cierto que al principio hay cosas que son repetidas, en cuanto a pensamientos, pero es donde te das cuenta lo cabezones que son, el problema tan profundo que tienen y que no quieren torcer el brazo. Pero sobre todo los destrozados que están anímica y sentimentalmente y esas cosas no se curan en un segundo, necesitan su tiempo de sanación.
Y el epílogo me ha parecido la mejor manera de cerrar esta serie, sentimiento puro de personas que han sido capaces de dejar sus pasados atrás y han cogido la vida con ganas de disfrutarla al lado de los suyos. Llegarán momentos difíciles, pero siempre se tendrán unos a otros.
Es un final de serie y queda cerrado, pero en esas últimas páginas veremos a las nuevas generaciones de Little Falls que se parecen mucho a sus progenitores y que, aunque son unos niños ya han aprendido lo mejor de todo, el significado de familia y amistad.